Un paseo por Perú (de cuatro semanas)

Hace dos semanas regresé de Perú, en las hasta ahora vacaciones más largas de mi vida (al menos de mi vida laboral) pero que al mismo tiempo se me parecieron las más cortas e intensas ...

Debería contar cómo me ha ido de manera más o menos organizada pero, como acabo teniendo cierta pereza por hacerlo, he pensado que en lugar de hacer un post normal voy a hacerlo pegando trozos de correo-e que he ido enviando durante mi estancia a personas de confianza, describiendo lo que iba viviendo en cada momento. Por tanto, queda inaugurado el primer post epistolar de este blog. :-)

Lima y sus transportes.

«Hemos empezado dando una vuelta por el centro colonial de Lima. Las casas coloniales siguen el estilo de las ciudades de donde venían los conquistadores españoles (en particular, el Trujillo cacereño, donde nació Pizarro, por ejemplo), normalmente edificios humildes de no más de dos plantas. La catedral intenta imitar las grandes catedrales españolas pero se me antoja muy pequeña.


La subida al cerro de San Cristóbal, desde donde puede verse toda la ciudad, se hace por calles muy estrechas entre casas muy pobres pero pintadas de colores. El autobús se tiene que parar continuamente para dejar pasar al que viene de frente. Una guía que leí en Madrid dice que es una subida muy peligrosa para hacerla a pie (aunque esa guía exagera bastante en todo, me pone Perú como un país peligrosísimo y a lo mejor no es para tanto).

En Lima hay una compleja y caótica red de "micros" (autobuses) que son para unas 20 personas sentadas y nosecuántas de pie (muy pequeños). Cada micro va literalmente a su bola, tiene un conductor y un cobrador ... visto por fuera es super cutre pero luego dentro uno se siente como más seguro. Al cobrador se le pregunta al vuelo que dónde va el bus y si sirve te hace subir a toda prisa, mientras va voceando por las paradas para pillar más viajeros (es como si cada bus fuese particular, compiten entre sí...). Luego dentro te cobra cuando puede (normalmente un sol, que son como 25 céntimos de euro)... y básicamente el conductor para cuando quiere y donde quiere... por ejemplo ayer con viajeros y todo entró en una gasolinera a revisar la presión de una rueda... en otro momento entra a repostar... todo en mitad del servicio.

[...]

Me dicen que hay un transporte peor aun que son los "combis", furgonetas para 9 personas (calculo) que desde fuera se ven hacinadas, con 20 o más personas. Tengo que probarlo :-)»

Cusco, Machupicchu...

«Al salir del aeropuerto de Cusco nos abordó Edwin, un organizador de tours al que le dije que sí gracias al bajón que me dio por falta de oxígeno (mal de altura concentrado en el aeropuerto, que no me ha vuelto a dar). Pero bueno, el caso es que ha sido un acierto. El chaval nos ha organizado un tour por la ciudad de Cuzco, luego el viaje a Aguascalientes y luego, una vez visto Machu Picchu, un viaje de vuelta en coche por carreteras peruanas, visitando Ollantaytambo (importante yacimiento arqueológico), una iglesia colonial en un pueblo llamado Chinchero y por carretera, conocer algunas costumbres ancestrales como tomar la "chicha", bebida fermentada de maíz que dicen que no tiene alcohol pero me parece que algo debe tener ... y luego un buffet de comida peruana donde nos hemos puesto las botas y he conocido a un músico andino al que le he comprado el CD porque es de lo que a mí me mola, vaya. Todo ello con la compañía de una guía muy atenta y un conductor no menos atento que a la vuelta nos han dejado aquí, en el hotel de Cuzco. La verdad es que ha merecido la pena la inversión ...

En cuanto a Machupicchu.... solo decir que es impresionante. Además, hemos subido al Waynapicchu, un ascenso de 360 metros no muy fáciles y con lo puesto. Todavía me tiemblan las piernas, pero lo repetiría.»

Huancayo.

«Ya vuelvo a estar en Lima después de nuestra vuelta por Huancayo.

Huancayo es un pueblo que está a 3200 metros de altitud, aunque para llegar a él hay que atravesar los Andes y lo hicimos en el segundo tren mas alto del mundo (llega hasta los 4900 metros). Esta vez no necesité oxigeno, pero es cierto que mientras hacía unas fotos impresionantes tenía encima una especie de borrachera, quizás por la falta de oxigeno :-).

Las fotos a 4900 metros y ya atardeciendo tienen un colorido nunca visto por el menda, así que me puse nuevo con la cámara...


Bueno ya no voy a hacer mas alturas, de Trujillo iremos a Cajamarca donde hay algo de altitud pero poco (2400 metros en media, según me han comentado).»

Trujillo y Cajamarca.

«Bueno, lo que hemos visto estos días no es tan espectacular como las subidas de Cusco ... pero igualmente interesante. En Chiclayo (y acá en Trujillo) he visto sobre todo restos arqueologicos algunos de reciente descubrimiento ... en Trujillo vimos la ciudadela de barro Chan Chan y las huacas del Sol y de la Luna, todo preinca. En Chiclayo (o más concretamente, en Lambayeque) pude ver el museo de las tumbas reales del señor de Sipán. Impresionante.

Al salir de las huacas de Trujillo, pude intimar un poco con uno de esos singulares perros peruanos sin pelo. Intimar... bueno, cualquiera intima con un perro desconocido si te pilla comiendo unas galletas con chocolate. :-)

En Cajamarca se ven sobre todo restos del primer encuentro entre incas y españoles en 1500 y pico. En general se habla poco bien por Perú de los conquistadores españoles pero en Cajamarca directamente nos ponen a parir... aquí el inca Atahualpa fue apresado por los españoles (Pizarro y compañía). Atahualpa ofreció para su rescate un cuarto (conocido como "Cuarto de Rescate") lleno de oro y plata hasta donde el inca llegaba con la mano de alto. Parece ser que Atahualpa cumplió con las condiciones para ser liberado, pese a lo cual fue condenado a muerte (y bueno, de dónde acabó el oro mejor no hablamos).

Tambien estuvimos en los "baños del inca", aguas termales a 71 grados ... Después de un bañito en una piscina privada con esa agua, uno no se siente ni mejor ni peor pero bueno, pierdes tu media horita de baño caliente, sales medio relajado y tienes la sensación de bañarte en el mismo lugar que aquél inca llamado Atahualpa...»

La Gastronomía.

«Aquí en Perú se come muy bien. Tiran bastante del picante (con su ají) pero si pides que no sea picante, realmente no te lo ponen picante; no como en Méjico donde creo que picaba hasta el  café con leche ...

[...]

He probado bastantes cosas aunque me falta probar algunas muy típicas. Me he dado cuenta de que me encanta la comida peruana, en particular los cebiches (pescado macerado en limón y ají; el cebiche de trucha que probé en el Ingenio me encantó), los platos con pato que probé en el Rincón del Pato de Lambayeque, pero sobre todo, los platos caseros que probé en las casas de la familia que visité en Lima y Trujillo: lomo saltado, papas rellenas, papa a la huancaína que me supo especialmente bien por haber tenido que moler los ingredientes de su salsa a mano ... pasando por los postres sencillos pero muy ricos, como el arroz zambito o la torta brasileira.

Para acompañar, es muy normal tomar zumos y muy frecuentemente bebidas hechas con el maíz: chicha (bebida de maíz fermentado, aunque hay una versión sin fermentar y muy dulce, la chicha morada).

[...]

Eso sí, inmediatamente descubrí mis dos grandes debilidades en el Perú: la canchita serrana (maíz andino a medio freir y con sal) y la Cusqueña negra (cerveza).»

Conclusión.

Después de este post epistolar solo me queda pasar a los agradecimientos. Gracias a Carmen, Alfredo y toda la familia por su hospitalidad en Lima. Gracias a Agustín y Beny, por acogernos tan bien en Trujillo (y a Misky por esos recibimientos cada vez que volvíamos a casa). Anecdóticamente, gracias también a Edwin por cruzarte en nuestro camino por Cusco ... y gracias a Hugo por enseñarnos lo mejor (y lo peor) del tráfico rodado de Lima. También quiero dar las gracias a Jose y Rosa, por haberme facilitado conocer tan buena gente. Pero sobre todo, gracias a Nena por hacer de estas vacaciones las mejores de mi vida y, en definitiva, por quererme tanto como yo te quiero a ti.

Por supuesto, hay más fotos que ver, como siempre en mi álbum.

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