Mi paso por Guadalajara, México
Escribo esto cuando estoy terminando una de las mejores semanas de este año. Hace unos meses Grex declinó (por suerte para mí) la invitación para acudir al X Congreso de Ingenierías y Diseño de la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA), sita en Guadalajara, México.
He estado como tres días de congreso y cuatro de turismo por Guadalajara. En todos estos días he contado con la ayuda de los profesores de computación, que me han enseñado la ciudad, con sus gentes, y sus costumbres (especialmente las culinarias).
De Guadalajara sabía poco, pero gracias a los profesores de la UNIVA, ahora sé algo más. Guadalajara es una ciudad grande. Tiene más de 5 millones de habitantes, pero los edificios son bajos (normalmente de dos plantas como mucho). Creo que eso explica el poco tráfico que hay casi siempre, de hecho me comentaron que en ciertas colonias se oponen a la construcción de edificios altos, precisamente por el aumento de la densidad del tráfico que puede traer; además de otros problemas derivados de la poca preparación de las infraestructuras para eso (por ejemplo, la presión del agua). El paisaje, con edificios bajos y cables de media tensión aun sin enterrar, es el que me imaginaba de ciudades mexicanas. También visité Tlaquepaque, una ciudad que es casi un barrio de Guadalajara, que también tiene cosas que ver.
En Guadalajara he visto muchos sitios, desde la catedral hasta el gran mercado de San Juan de Dios, donde se vende de todo (me comentaba Sergio, uno de los profesores, que antes se podía conseguir cualquier software por muy pocos pesos, evidentemente sin licencia).
La gente de Guadalajara me ha parecido muy atenta y hospitalaria. Puedes dirigirte a cualquier persona y enseguida te tratan familiarmente, como si te conocieran. Si alguien me dice ahora que en Madrid somos muy fríos, lo entiendo perfectamente.
En gastronomía no me puedo quejar: creo que lo he probado todo, desde el pozole (guiso caldoso con carne cocida) hasta las tortas ahogadas (pan con carne "ahogadas" en salsa, normalmente bien cargada de chile aunque yo procuré librarme). Sitios interesantes para que quien vaya a comer por ahí: "La Gorda", "La Chata" (competidor de la primera, obviamente) y "Karne Garibaldi". En cuanto a bebidas, es muy típica la horchata (que no tiene nada que ver con la de Valencia: es algo así como arroz con leche para beber), o la limonada (con gas o sin gas). Aparte, mucha cerveza (Negra Modelo, Corona, etc).
Pero yo vine a un congreso. Hablando de mi conferencia, al final le recorté un poco la parte de ingeniería del software empírica para dar una introducción más extensa al software libre, ya que vi que los alumnos lo iban a agradecer. Me ha venido bien la breve experiencia (hasta ahora) del máster de software libre. Hablando de cosas técnicas, me impresionó bastante el esfuerzo del gobierno mexicano en colocar este país como potencia en desarrollo de software. Aquí muchas empresas compiten entre sí enarbolando su nivel de madurez CMMi. Incluso conocí, con la buena compañía de Sergio, el "Centro del Software", que, instalado en un antiguo supermercado, consta de diversas oficinas, cada una perteneciente a una empresa de ingenieros de software. Muchas de estas empresas definen su slogan con el nivel de madurez CMMi que han podido certificar. No estoy descubriendo nada nuevo, pero para mí lo era y me fui realmente sorprendido.
Bueno, podría contar más cosas pero no quiero hacer el post más largo de mi vida por ahora :-P En cualquier caso, debo terminar este post con un agradecimiento a todo el equipo que ha organizado el congreso en la UNIVA, que han dejado el listón muy alto para futuros eventos. Gracias especialmente a los profesores Martín, Sergio y Leonardo, por haberse ocupado de mí el primer día, incluyendo el transporte, manutención, etc. Gracias también a los miembros del equipo de relaciones públicas, a Cristina, Juan Carlos y, sobre todo, a Noemí. A todos por haberme tratado tan bien y haberme hecho sentir como en casa. Y a Noemí, por haber querido compartir tanto tiempo conmigo una vez finalizado el congreso.
Como siempre, hice algunas fotos; y de éstas, dejé una selección en mi álbum.
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