Reclamaciones europeas

El otro día Andrea se interesó mucho por otro caso de Reclameitor: las reclamaciones de consumo europeas. Así que recordé el procedimiento seguido y le envié todos los enlaces a los documentos que necesitaría. Hoy aprovecho para publicarlo aquí.

El motivo para las reclamaciones a nivel europeo es el siguiente: normalmente compramos en nuestro país pero, ¿qué pasa si compramos algo en otro país de la Unión Europea y tenemos algo que reclamar? Pensé que tenía que haber algo a nivel europeo en materia de consumidores porque si no, mucho me temo que eso de la Europa sin fronteras iba a ser una tomadura de pelo. Así que lo estuve mirando y, efectivamente, existe un método para hacer reclamaciones de consumo entre países de la UE.

El procedimiento es bastante sencillo. Si hemos adquirido algo en otro país de la UE y no estamos conformes, podemos enviar desde nuestro país de residencia un formulario de reclamación oficial. Este formulario se envía por correo certificado con acuse de recibo (o incluso por burofax) al proveedor que supuestamente nos ha estafado y, a la recepción del mismo, la empresa debe contestar adjuntando un cupón en el que nos informe si acepta la reclamación tal como la hemos formulado o prefiere intentar llegar a otro tipo de acuerdo con nosotros. Por supuesto, si no estamos conformes con la respuesta de la empresa (o simplemente no la hemos recibido en un plazo razonable, típicamente 30 días hábiles) es el momento de denunciar los hechos ante los tribunales.

El formulario a utilizar, si residimos en España y hablamos español, se encuentra aquí. Como digo, es bastante sencillo de rellenar; debiendo detallar en él qué problemas tenemos y cómo queremos que nos compense la empresa (por ejemplo, devolviéndonos el dinero), a modo de propuesta «amistosa». Como se trata de una propuesta, debemos enviarla a la empresa reclamada. En la última página del formulario hay un cupón que la empresa estará obligada a remitirnos de vuelta con su propuesta de pacto; normalmente aceptando nuestra reclamación y procediendo a ejecutarla.

Y ahora viene el caso práctico, también apto para amantes del morbo: ¿por qué Reclameitor se vio obligado a buscar este procedimiento? Bien, Reclameitor decidió un buen día comprarse una cámara de fotos mejor y cometió el error de comprarla en Pixmania, una empresa domiciliada en París. A pesar de comprar un producto para el que tenían, según su página web, el stock garantizado y a pesar también de haber contratado la entrega express en 48 horas, pasadas dos semanas, el producto aun no había sido recibido. Para más inri, el teléfono que ofrecen para atender a sus clientes es un número de tarificación adicional (otro día me plantearé si esto es legal o no). Así que tras intentar un par de reclamaciones on-line, y sin resultado, Reclameitor decidió enviarles el formulario, para lo cual localizó los datos de domicilio social en esta página. A Pixmania les faltó tiempo, a la recepción de la carta, para llamar al móvil de Reclameitor diciéndole que lo sentían mucho y que le devolverían inmediatamente su dinero, como así fue. Por cierto, que posteriormente comprobó que no era el único al que Pixmania intentaba estafar. Ha quedado claro que Pixmania es un sitio donde no debemos comprar nunca...

Para terminar, antes he dicho que el formulario anterior es apto solo para hispanohablantes residentes en España. En efecto, si residimos en otro estado de la UE, será preciso ponernos en contacto con la oficina del consumidor para ese país. En esta página encontraremos una lista de los demás centros de atención al consumidor repartidos por toda Europa.

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